Francia, siglo XVI, durante el reinado de Francisco I.

Jean, un joven pastelero, se despide de su oficio y su familia para aceptar un puesto de oficial de justicia con la esperanza de llevar una nueva vida más holgada que la de sus padres y así medrar para desposar a su prima Leonor.

En su primera misión es asignado al castillo de Rochefoucauld para dirimir un litigio de lindes. Pero el descubrimiento de una tumba antigua de un supuesto apóstol de Cristo en un campo de labor de la cercana villa de Vars llamará la atención del obispado de Angouleme. Se le solicitará su intervención para requisar la reliquia con una inscripción en griego hallada sobre el pecho del difunto.

Sin embargo, quedará fuera de su alcance y el interés del obispo y del señor de Rochefoucauld por hacerse con ella hará que reciba amenazas que le obligarán a emprender una persecución sin respiro para conseguirla, involucrando a sabios judíos con conocimientos arcanos.

Tendrá que actuar además contra la ambición del secretario Carrión, sólo ante los tres frentes en un choque en el que estará en juego tanto su futuro personal y el de su familia, como sus creencias.