El fenómeno colonial fenicio.

El fenómeno colonial fenicio puede atribuirse a diferentes causas según la profesora Aubet:


-Medio geográfico: la disminución de territorio cananeo debido a las invasiones de los Pueblos del Mar y la degradación del clima desde el 1200 a. C. provocaron una situación de déficit agrícola y presión demográfica.

-Déficit agrícola: Tiro intentará resolverlo adquiriendo grandes cantidades de alimentos del extranjero (p. ej. trigo de Salomón) y promoviendo la expansión en la llanura de Asdralón donde en el s. X a. C. se fundaron Azkziv, Akko, Tell Keisan y Tell Abu Hauran.

-Especialización: hacia la fabricación de objetos de lujo, lo que les condujo a una política de aseguramiento de productos exóticos y metales.

-Comercio de metales: dado que Asiria era deficitaria en metales, Tiro se convirtió en su proveedor, por ejemplo, de hierro para armar sus ejércitos. Más importante era la plata al ser el medio de pago. Tras perder Asiria el acceso a las minas de Anatolia, la plata fenicia traída desde Cerdeña y la Península Ibérica se convirtió en fundamental para su economía.

-Circuitos comerciales: en el s. X a. C. Tiro se centra en el Mar Rojo y sus pactos con Israel, pero al recuperarse Egipto el oro se Arabia se volvió inaccesible. En el s. IX a. C. operan en Cilicia y el golfo de Alejandreta para comerciar con plata, hierro y estaño y llevarlo a Mesopotamia. Pero debido a problemas con Urartu y los reinos del norte deben abandonar esos intercambios. En el s. VIII a. C. deben buscar nuevas fuentes y es en ese contexto comercial en el que se sitúan las fundaciones de Kition, Cartago y Cádiz.

-Relaciones con Asiria: Asiria impone a los estados vecinos un intercambio forzoso, como tributo o botín.

-Infraestructura: para el comercio a larga distancia era necesaria una compleja organización y personal especializado, solo posible en ausencia de crisis. Así consigue Tiro sus dos objetivos de la expansión: abastecimiento de plata y recursos alimentarios.


El objetivo de la fundación de Cádiz era sin duda drenar la riqueza metalífera del Sudeste peninsular e intriducirse en los circuitos comerciales que conectaban con la fachada atlántica.

Sin embargo, los de las colonias entre el Cerro del Prado (Cádiz) y la Fonteta (Alicante) no están claros. Tradicionalmente se ha defendido que eran escalas marítimas hacia Cádiz, pero algunos autores se oponían al considerar que era menospreciar las capacidades marítimas de los fenicios.

Además, están justo en desembocaduras, desde donde podrían conseguir productos del interior, como por estas rutas:
-Toscanos, siguiendo los valles del río Vélez y Algarrobo para llegar al paso de Zafarraya, que comunica con la Vega de Granada.
-Abdera, usando el río Grande para acceder al interior.
-Málaga-Tartessos, en cinco jornadas según Avieno.


Por todo ello, hay autores que indican que con estas colonias se planteó una agricultura comercial. El mantenimiento de las colonias implica actividad agrícola y ganadera, y a su vez eso supone ocupar tierras, y todos estos centros producirían vino y aceite para intercambiar con los indígenas, pues su transporte masivo desde Oriente sería inviable. Asimismo, la salazón era una parte importante de la dieta de las colonias fenicias, y su excedente podría comercializarse por un amplio margen respecto a los metales intercambiados, dando pie también a un negocio de extracción de sal a gran escala.

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